Rómulo Leo que la palabra nostalgia fue invento de un estudiante de medicina suizo llamado Johannes Hofer hacia 1678. Este doctorando había disertado en su tesis sobre la tristeza que afectaba a algunos soldados cuando servían fuera de su patria. Ciñó su estudio al caso de los soldados suizos que viéndose alejados de los paisajes montañosos de su infancia, sufrían una patología cuyos síntomas sólo remitían al regresar a esos entornos. Johannes Hofer, muy en consonancia con los estudios médicos de la época, combinó del griego los términos nostos (regreso) y algos (dolor) para forjar el nuevo vocablo. Fotografío los cielos que envuelven la estatua de Giordano Bruno en Campo di Fiori. “Ser europeo es pisar ruinas”, escribía el snob de Mauricio Wiesenthal a propósito de Roma. Es mi quinto viaje a la capital italiana, es decir, al corazón de las ruinas. Esta vez no trajino las páginas de la Guida Rossa ni los volúmenes del historiador alemán Theodor Mommsen, no hay nostalgias que me letr...