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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: gener, 2010

El estigma indeleble

“Se vive en la ciudades porque no hay otro remedio, si se pudiera se saldría de ellas sin vacilar” (Horacio Capel, 2001). Creemos que las ciudades son ya demasiado grandes, congestionadas, desorganizadas, ruidosas, peligrosas, insalubres, letales para las vidas en familia, corrompidas, tumefactas, conflictivas, amorales…Pero seguimos desplazándonos a ese hábitat. Necesitamos la ciudad, y necesitamos espacio, necesitamos robarle espacio a los barrios laterales, a los barrios que antes olvidábamos. Ya no existe el concepto de periferia. Antes, las ciudades de corte europeo tenían un centro histórico para albergar la burguesía, un centro comercial y de tracción laboral; luego periferias, barrios marginales, residencias ajardinadas. En el SXXI, cuando las grandes corporaciones necesitan buenas telecomunicaciones y el lugar ha pasado a ser virtual, lo que las ciudades requieren es masa social capaz de consumir, no nos engañemos. Triangulamos, entonces, los barrios con centros comerciales. C...

Las edades

Imatge

El Último Bosque

El Dorado de Robert Juan-Cantavella, Editorial Mondadori, 2008. Perdedor lee con un año de retraso este texto pero es que siempre se le dio mal leer libros de amigos. Algo aviene esta lectura con el periodismo buzo que practica Perdedor. El punk journalism de Trebor Escargot, protagonista de la novela y alter ego de Juan-Cantavella, es fuente de inspiración de la crónicas performáticas de Perdedor junto al periodismo gonzo, el performance activism y los aportajes punkies de Spider Jerusalem (ya saben, el periodista ese que Warren Ellis escribió para el cómic Transmetropolitan ). No es casual que Robert y Perdedor trabajaran durante años en la misma publicación, Lateral, un loco proyecto de periodismo cultural independiente capitaneado por el no menos egregio Mihály Dés. Podríamos aludir a las concomitancias entre el periodismo buzo y el punk journalism, podríamos hablar de Norman Mailer, de nuevo de David Foster Wallace (tendríamos que hablar entonces del mefistofélico Javier Calvo)...